Mesmo sem a presença direta dos santos nos registros, o poder taumatúrgico dos jesuítas também se constitui recorrente nas cartas. Esta circunstância verifica-se em outro relato de Montoya, data de 1628, em que a filha de uma liderança adoece e esta procura os serviços do padre, pois, segundo o jesuíta/autor, teria reconhecido a eficácia dos trabalhos evangélicos: 1°) Constatação da doença: "Esta devocion llevo a su tierra desta reduccion Pablo Tayaoba hijo de Nicolas Tayaoba el qual avia venido a ver a V. R. y oir sus palabras, vio que los enfermos los llebaban al Padre y asi volviendose, del sol cayo una niña suya enferma llevola al Padre Pablo Benavides que entonces estaba para viajar a la villa..."
2°) Cura edificante: "En un pueblo de los indios de paz dixola un evangelio y luego se puso a jugar la niña con mui buena salud sin que la enfermedad se volviesse". [p. 103, 104]